Margaret Lindquist | Content Strategist | 24 de junio de 2024
Los productos mostrados son ejemplos de lo que se ha proporcionado en casos específicos. Cada producto o dispositivo médico está diseñado para cumplir con las normativas de la geografía donde se utiliza. Sin embargo, no podemos garantizar su disponibilidad o cumplimiento en otras regiones específicas. Las adaptaciones locales pueden ser necesarias para satisfacer los requisitos regionales.
El objetivo de la interoperabilidad en la atención a la salud es permitir que varios sistemas compartan datos de pacientes, entre otros datos, los almacenen de forma segura y los hagan accesibles a los profesionales asistenciales, pacientes, pagadores y administradores de la salud pública que necesiten consultarlos.
La Sociedad de Sistemas de Gestión e Información de Atención Medica (HIMSS) de EE.UU. define la interoperabilidad en la atención a la salud como "la capacidad de diferentes sistemas de información, dispositivos y aplicaciones para acceder, intercambiar y utilizar datos de forma colaborativa y coordinada, dentro y fuera de las fronteras organizativas, regionales y nacionales, con el fin de proporcionar una portabilidad de la información oportuna y sin complicaciones y optimizar la salud de las personas y las poblaciones en todo el mundo". Los elementos clave de la interoperabilidad son los esquemas de datos abiertos y los estándares que permiten a los proveedores de atención a la salud compartir información, independientemente del software de HCE que utilicen, y que a su vez ponen esa información a disposición de los pacientes a través de múltiples canales como dispositivos móviles, sitios web y quioscos interactivos.
Inicialmente, los proyectos de interoperabilidad se centraban en sistemas dentro de una misma empresa de atención a la salud, por ejemplo, para garantizar que los datos recopilados por un médico de cabecera llegaran a los laboratorios y centros de diagnóstico por imagen, de modo que las indicaciones electrónicas pudieran vincularse a la facturación y las solicitudes de reembolso. En la actualidad, los esfuerzos se centran en desarrollar sistemas interoperables que abarquen todo el ecosistema de la atención a la salud, incluidos los profesionales asistenciales, pacientes, pagadores, reguladores e investigadores, a nivel nacional y mundial.
La interoperabilidad es la capacidad que cada sistema de una red tiene para comunicarse con otros sistemas con el objetivo de compartir, consolidar y utilizar datos. Las aplicaciones y los sistemas interoperables intercambian datos de forma automática, accesible, precisa y segura, haciendo un uso mínimo de la interacción humana. La interoperabilidad únicamente es posible cuando todas las partes interesadas, ya sean organizaciones de atención a la salud, gobiernos, pagadores u otros agentes, se ponen de acuerdo sobre las normas, tecnologías y terminología necesarias para establecer el intercambio de datos entre diversos sistemas.
La interoperabilidad en la atención a la salud describe la capacidad que tienen distintos sistemas de datos de salud para compartir datos, independientemente de la ubicación geográfica, y permitir que dichos datos sean utilizados por profesionales asistenciales, investigadores y gestores de salud pública para mejorar las experiencias de los pacientes y la salud de la comunidad. Los sistemas de salud interoperables comparten su propio conjunto de estándares y directrices con el objetivo de crear una red de datos de salud compartidos para que los profesionales asistenciales puedan acceder a datos completos y precisos de los pacientes, independientemente de dónde hayan recibido los cuidados anteriormente. Con un sistema de este tipo, los médicos pueden tomar mejores decisiones y brindar mejores cuidados, los pacientes pueden hacer de sus opciones de atención y sus datos algo suyo, los líderes de la comunidad pueden actuar sobre las señales de alerta temprana de problemas de salud pública y los equipos financieros pueden ayudar a garantizar una facturación rápida y precisa y acelerar el reembolso de las solicitudes.
Los sistemas de atención a la salud interoperables intercambian todo tipo de datos sobre los pacientes, incluyendo la información básica sobre planes de tratamiento, prescripciones y resultados de pruebas de laboratorio, datos demográficos y registros de vacunación. La mayoría de los pacientes esperan que la información relativa a consultas, planes de tratamiento, historiales de medicación y vacunas esté a su disposición a través de sistemas de atención a la salud interoperables. No obstante, la industria y los responsables del sector de la salud tienen una visión más amplia de los tipos de datos que se intercambiarán, entre los que se incluyen los datos demográficos (como etnia, edad e idioma hablado), predisposiciones genéticas, alergias y sensibilidades y las comunicaciones con los profesionales asistenciales. Según algunos estudios del Departamento de salud y servicios humanos de los Estados Unidos, establecer un planteamiento más normalizado de la recopilación de información detallada, por ejemplo, estudiar patrones de estilo de vida, tales como la elección de alimentos y el hábito de fumar, ayudará a descubrir disparidades en la atención a la salud y permitirá una intervención más personalizada por parte de los profesionales asistenciales.
Conclusiones principales
Uno de los mayores retos de la atención a la salud es crear historias clínicas electrónicas (HCE) centradas en el paciente y no en el profesional asistencial. Es muy probable que el historial médico de una persona se encuentre disperso entre los distintos sistemas de HCE utilizados por diferentes profesionales asistenciales, lo cual dificulta a los médicos el acceso a información precisa y completa y a la toma de decisiones de tratamiento correctas. La situación es aún más complicada para los funcionarios de salud pública y los investigadores médicos, ya que los registros que podrían respaldar el estudio de las tendencias nacionales de salud y el desarrollo de nuevos tratamientos están contenidos en miles de compartimentos de datos almacenados en un sinfín de lugares distintos. Las nuevas políticas gubernamentales, los procesos organizativos y las tecnologías son fundamentales para facilitar el flujo de información dentro de las propias organizaciones y entre ellas mismas, respetando al mismo tiempo las normas de privacidad pertinentes.
Los sistemas interoperables de atención a la salud incluyen intercambios de información de salud (HIE), que reúnen información médica de distintos departamentos de un sistema de salud, así como redes cualificadas de información de salud (QHIN), que comparten datos a nivel nacional. El principal objetivo es crear una red mundial de salud unificada que no solo mejore la atención al paciente, sino que también permita a los investigadores y funcionarios de salud pública detectar y abordar los problemas de salud pública en una fase temprana. "¿Por qué existe una base de datos financiera mundial que conoce todo tu historial crediticio, pero no una de atención a la salud mundial?", pregunta Larry Ellison, fundador y CTO de Oracle. “Si tienes un accidente, el hospital seguramente conocerá tu historial financiero pero no sabrá si eres alérgico a la penicilina”.
Cuando los datos fluyen entre pacientes, profesionales asistenciales, pagadores y organizaciones de salud comunitaria, la atención a la salud es más eficiente y rentable, y lo que es más importante, mejoran los resultados en materia de cuidados y salud. Por ejemplo, la CommonWell Health Alliance, una plataforma independiente de proveedores que abarca 34 000 centros de profesionales asistenciales y 231 millones de pacientes, ofrece a los profesionales asistenciales acceso a una red nacional de datos completos de pacientes no solo utilizando datos provenientes de un único centro o sistema, con el objetivo de ayudar a mejorar la coordinación de la atención y los resultados de salud en todo Estados Unidos.
La Sociedad de sistemas de gestión e información de atención médica (HIMSS) define los siguientes cuatro niveles de interoperabilidad en la atención a la salud, algunos de los cuales pueden alcanzarse con las tecnologías disponibles en la actualidad, mientras que otros requerirán de nuevas tecnologías e innovaciones en los procesos organizativos. Estos niveles describen el esquema y los estándares de intercambio de datos que deben permitir compartirlos en todo el ecosistema de la atención a la salud, independientemente de las aplicaciones o los proveedores que se utilicen. Cada nivel se basa en el anterior.
La interoperabilidad fundamental es el nivel más básico, en el que los datos viajan de forma segura de un sistema o dispositivo a otro. Por ejemplo, en este nivel los profesionales asistenciales podrían compartir datos sencillos, como correos electrónicos o archivos PDF, pero sería necesario el siguiente nivel de interoperabilidad para que el sistema pudiera llegar a comprender, procesar e integrar los datos.
La interoperabilidad estructural se alcanza cuando el formato de intercambio de datos entre sistemas está estandarizado para que los datos puedan ser introducidos y emitidos por parte de múltiples sistemas o dispositivos. Los tipos de datos van desde texto simple, códigos, identificadores y formatos de dirección hasta imágenes y vídeo. Estándares como HL7 FHIR (Fast Healthcare Interoperability Resources) ayudan a garantizar que los datos de los pacientes se comparten de forma coherente entre los sistemas a través de diversas formas de protocolos de intercambio. Con estos datos a mano, los profesionales asistenciales pueden identificar más fácilmente las deficiencias en los cuidados y ofrecer recomendaciones que se incorporan a la historia clínica longitudinal del paciente.
La interoperabilidad semántica establece un vocabulario común para introducir datos en los sistemas de atención a la salud, como los códigos CIE-10 para estadísticas de mortalidad y el estándar Logical Observation Identifier Names and Codes, utilizado para análisis y resultados de laboratorio. La semántica es importante para garantizar que los distintos sistemas presenten conceptos relevantes que tengan sentido y sean precisos.
La interoperabilidad organizativa requiere algo más que conocimientos técnicos. Las políticas reguladoras, la supervisión legal y la aceptación comunitaria son fundamentales para ayudar al sector de la salud a crear, gestionar y avanzar en materia de interoperabilidad. Por ejemplo, el Trusted Exchange Framework and Common Agreement (Marco de intercambio de confianza y acuerdo común), de la Oficina del coordinador nacional de tecnologías de la información de salud de los EE.UU., pretende establecer directrices universales de gobernanza y política para la interoperabilidad, simplificando la conectividad entre organizaciones y permitiendo a los pacientes acceder a toda su historia clínica a través de una única interfaz.
Es imposible subestimar la importancia de compartir información entre empresas de atención a la salud. Para algunos pacientes, puede ser literalmente la diferencia entre la vida y la muerte. Las organizaciones deben anteponer la colaboración frente a la competencia para garantizar que los médicos tengan a su alcance la información que necesitan para tomar las decisiones médicas más informadas y que los pacientes puedan acceder a un registro completo y preciso de su recorrido de atención a la salud que les ayude a mantener o mejorar su salud. Mientras tanto, los funcionarios de salud pública necesitan conocer mejor el estado de salud de la comunidad y las oportunidades de atención específica, los pagadores necesitan datos precisos para procesar las facturas y gestionar el riesgo, y los investigadores necesitan encontrar nuevas formas de prevenir y curar enfermedades. Continúe leyendo para conocer más sobre las ventajas de la interoperabilidad en la atención a la salud.
Los avances en interoperabilidad prometen mejorar la calidad, eficiencia y rentabilidad de la atención a la salud, si bien todavía hay desafíos que superar. Los proveedores de tecnologías de la salud, los profesionales asistenciales, los pagadores, los pacientes y los legisladores y reguladores gubernamentales tienen todos un papel que desempeñar en la superación de estos desafíos, pero únicamente si colaboran entre ellos podremos contar al fin con toda la información sobre salud que necesitamos. Aunque los expertos reconocen que una mejor interoperabilidad en la atención a la salud mejorará la prestación asistencial y los resultados de los pacientes, es cierto que nos enfrentamos a numerosos desafíos a la hora de establecer conexiones vitales entre sistemas dispares que contienen cantidades de datos sin precedentes. Siga leyendo para obtener más información.
Pocos sectores están tan regulados como el de la atención a la salud, ya que los riesgos asociados a los fallos del sistema acarrean consecuencias que potencialmente pueden cambiar vidas. Las organizaciones de atención a la salud necesitan programas, políticas y procedimientos de cumplimiento rigurosos, en particular para las áreas de tratamiento de alto riesgo, así como programas de formación destinados a garantizar que todos los empleados comprendan sus responsabilidades en materia de cumplimiento. Un ejemplo de esto es un programa de voluntariado, dirigido por la ONC, que proporciona herramientas y procedimientos de prueba a los desarrolladores de TI del sector de la salud para certificar que están incorporando una base de funcionalidades de registro, seguridad e intercambio de datos en sus módulos de software de las HCE.
Los productos de interoperabilidad basados en sistemas abiertos de Oracle Health permiten al personal clínico acceder a información relevante de múltiples fuentes, tanto dentro del sistema de salud como de terceros, como CommonWell Health Alliance y otros intercambios de información de salud.
Oracle Cloud Infrastructure (OCI) está diseñada para ejecutar cualquier carga de trabajo del sector de la salud, desde aplicaciones heredadas hasta servicios modernos habilitados por la IA. Oracle Health Seamless Exchange conecta los datos externos e internos de los pacientes para proporcionar un registro completo de los datos de atención y cuidados de un paciente, independientemente de la fuente de donde provengan. Además, elimina la información redundante y presenta los datos en un flujo de trabajo simplificado, lo que reduce la sobrecarga de datos de los médicos. Las organizaciones de atención a la salud también pueden identificar a terceros como fuentes de confianza y permitirles escribir directamente en su propia historia clínica para que los médicos puedan dedicar menos tiempo a la recopilación de información y más a atender debidamente a sus pacientes.
¿Qué es un ejemplo de interoperabilidad?
La interoperabilidad de los sistemas de atención a la salud ayuda a garantizar que los datos de los pacientes estén actualizados y a disposición de los profesionales asistenciales, independientemente del lugar en el que el paciente busque tratamiento. Consideremos el ejemplo de un paciente de vacaciones que es trasladado inconsciente a un hospital local debido a una reacción adversa a una prescripción. La verdadera interoperabilidad del sistema permitiría a los médicos de ese hospital acceder a la historia clínica completa del paciente, independientemente de la HCE utilizada por el médico de cabecera del paciente.
¿Cómo explicar la interoperabilidad?
Los sistemas interoperables son aquellos que comparten datos automáticamente, independientemente del proveedor del sistema.
¿Cuál es un ejemplo de interoperabilidad en la enfermería?
Los sistemas de salud interoperables facilitan al personal de enfermería el acceso a los datos de los pacientes mientras desempeñan sus funciones. Por ejemplo, un miembro del personal de enfermería podría acceder a la historia clínica de un paciente y determinar su estado de vacunación, su medicación y las razones de sus visitas anteriores al centro de atención a la salud o a otros centros, todo ello antes de mantener su primera conversación en consulta.
Descubra por qué la colaboración es el nuevo mantra de las organizaciones de atención a la salud que buscan compartir y consolidar de forma segura los datos de los pacientes con el fin de mejorar los resultados sobre salud.